(...) Dentro de ese pequeño milagro, les amigues empezaron a bailar al ritmo de algo que no entendían si venía de adentro o de afuera. Era una cadencia cálida, a un tempo ralentizado y con melodías incompletas que se superponían generando un clima voluptuoso, casi acuático. Probaron sustancias sin saber qué eran hasta que encontraron esa intensidad que perturba y enloquece, un éxtasis imposible de detener. Por momentos se preguntaban en qué lugar del universo estarían. A la vez, dentro de ese irresistible balanceo colectivo, cada cual sentía una soledad muy digital… como si la humanidad hubiera desaparecido y sobreviviesen solamente las imágenes, eso que subsiste debajo de la ropa que se habían puesto durante siglos. Por eso fueron tanteando el aire, como buceando, buscando cuerpos para abrazar en una intensidad cada vez mayor, hasta que se conformó una orgía alegre y magnífica. (..) Fragmento del texto de Hernán Borisonik
fechas
marzo 2021
texto
Hernán Borisonik