(...) Así como las abejas crean un entorno de formas simples y geométricas por medio de su trabajo comunal, los apicultores y pintores eslovenos partían de figuras discretas que, al combinarlas, generaban una imagen más grande en la que los relatos no emergían de ciertos parámetros discursivos, sino como una atmósfera. Las imágenes tenían la apariencia de la nocturnidad, un resplandor inverso al del día. La luz no incidía en las cosas sino que surgiría de ellas y hacía que sus contornos fueran resplandecientes y pantanosos, no opacos ni rígidos. La sensación de las atmósferas lumínicas eran contraintuitivas, atentaban contra los significados claros. En estos paneles, “pájaro muerto” se expresaba dibujando un pavo real en todo su esplendor, agregándole cruz en el pecho y unas calaveras en la punta de sus plumas(...) Fragmento del texto de Ramón Arteaga y Malena Low
fechas
mayo-junio 2021
texto
Malena Low y Ramón Arteaga