Zarpamos desde el trópico a causa de las notificaciones. Nos habíamos quedado mucho más tiempo de lo permitido y, según el protocolo, a partir de ese día nos hubiéramos tenido que hacer cargo de los daños a la maquinaria. Recogimos víveres como para doce ciclos y muestras de aire y corteza para los contrastes. Las ondas de intermitencia que silbaban desde el este, aunque eran débiles y entrecortadas, nos impidieron avanzar al ritmo esperado. Hubo que detener las transferencias varias veces e incluso por momentos retroceder. Luego llegaron unas corrientes fuertes y poderosas desde el sur, que directamente bloquearon cualquier intento de comunicación. De modo que, al hallarnos en medio de la salvaje inmensidad del universo y sin cápsulas de descompresión, nos preparamos para la expiración. No obstante, insertamos nuestras voces y nuestros receptores en el Prana, con la esperanza de que apareciera alguna asociación que nos acogiera.
fechas
agosto 2021
texto
Hernan Borisonik